diciembre 6, 2024

Latinoamérica se oscurece: crisis energética. 

Latinoamérica enfrenta una crisis energética sin precedentes, caracterizada por apagones prolongados, sequías históricas y redes eléctricas al borde del colapso. Desde cortes de hasta diez horas diarias en Ecuador, agravados por la falta de suministro desde Colombia, hasta apagones de veinte horas en Cuba que evidencian la obsolescencia de su infraestructura, la región atraviesa un momento crítico en su sistema energético.

Aunque la magnitud de la crisis varía en cada país, un factor común exacerba la situación: la insuficiencia de inversiones y el impacto de la crisis climática.

Ecuador, apagones de hasta diez horas

En Ecuador, la crisis energética se debe en gran parte a la dependencia de sus centrales hidroeléctricas, que representan el 72 % de su matriz energética. La falta de lluvias ha obligado al país a implementar apagones programados de hasta diez horas diarias desde septiembre, una medida que podría extenderse hasta enero.

El problema se agrava con la interrupción del suministro eléctrico por parte de Colombia desde octubre, debido a la crisis que también enfrenta el país vecino. Hasta el momento, Ecuador ha logrado alquilar una planta flotante de 100 megavatios de la empresa turca Karpowership, lo que cubre menos del 10 % del déficit energético de más de 1.000 megavatios.

Cuba, la peor crisis energética en años

Cuba atraviesa su crisis energética más severa en décadas, con un déficit eléctrico que alcanza el 50 %, lo que significa que la mitad del país permanece sin electricidad. En algunas zonas, los apagones duran hasta veinte horas diarias, afectando gravemente la vida cotidiana.

La infraestructura de generación eléctrica cubana está en estado crítico, con siete centrales termoeléctricas construidas hace más de cuarenta años, de las cuales varias están fuera de servicio debido a averías. Según el consultor Emilio Romero, se necesitarían 10.000 millones de dólares para modernizar el sistema, una cifra que el gobierno cubano no ha desestimado.

Brasil y la sequía más severa en 74 años

Brasil enfrenta la peor sequía en más de siete décadas, lo que ha reducido drásticamente los niveles de los embalses de sus hidroeléctricas, las cuales son la principal fuente de energía del país. Las grandes plantas hidroeléctricas de la Amazonía, como Belo Monte, Santo Antonio y Jirau, están operando a una fracción de su capacidad, entre el 3 % y el 10 %.

Ante la situación, el gobierno ha incrementado la generación térmica mediante el uso de plantas alimentadas con gas y diésel. La participación de las hidroeléctricas ha caído del 74,5 % en marzo al 43,5 % en octubre, mientras que la generación térmica ha crecido del 5,6 % al 18,7 %. A pesar de estas medidas, las autoridades descartan la posibilidad de apagones generalizados y no consideran necesario reinstaurar el horario de verano para ahorrar energía.

México, dependencia energética de EE. UU.

En México, una ola de calor en mayo provocó apagones que afectaron a 18 de los 32 estados, revelando la fragilidad del sistema eléctrico. La dependencia del país del gas natural, que importa en un 70 % de Estados Unidos, y de la generación hidroeléctrica ha hecho que la red sea vulnerable a la demanda creciente.

La nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, ha recibido críticas por su enfoque en priorizar la energía proveniente de hidrocarburos en lugar de invertir en fuentes más limpias y sostenibles, una decisión que podría comprometer la seguridad energética a largo plazo.

La crisis energética en América Latina evidencia un patrón preocupante: la falta de inversión y el impacto del cambio climático están llevando a los sistemas eléctricos al límite, poniendo en riesgo la estabilidad y el desarrollo de la región.

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