Israel ataca una zona cristiana del Líbano.
Israel lanzó este lunes un bombardeo en una zona de mayoría cristiana en el norte del Líbano, provocando la muerte de al menos 18 personas en un ataque que marca un nuevo episodio en la escalada de violencia en el país. El incidente tuvo lugar en un edificio residencial en Aitou, una localidad al sureste de Trípoli, considerada una de las áreas más seguras del Líbano. Hasta siete ambulancias de la Cruz Roja Libanesa acudieron al lugar para evacuar a los fallecidos y trasladar a otros cuatro heridos a hospitales cercanos.
Este ataque representa la primera vez que Israel golpea una zona de mayoría cristiana en el norte del país, una nación diversa con 18 sectas religiosas que intentan coexistir a pesar de sus diferencias. Desde que Israel inició su campaña de bombardeos masivos a finales de septiembre, los ataques se han concentrado principalmente en el sur y el este del Líbano, áreas de mayoría chií, pero en las últimas semanas han comenzado a extenderse a otras regiones, incluyendo la capital, Beirut.
El Ministerio de Salud Pública libanés informó que el número total de muertos asciende a 2,309 desde el inicio de las hostilidades entre Israel y el grupo chií Hizbulá el 9 de octubre de 2023, tras el estallido del conflicto en la Franja de Gaza. Según medios locales, aproximadamente 1,500 de esas muertes se han producido desde que comenzaron los bombardeos masivos a finales de septiembre, afectando también a los suburbios sureños de Beirut, conocidos como el Dahye.
Los bombardeos han desplazado a alrededor de 1.2 millones de personas en las últimas semanas, lo que el Gobierno libanés ha denunciado como ataques «indiscriminados». Las acusaciones se intensificaron tras un incidente ocurrido este lunes, cuando un proyectil impactó en comercios de la localidad de Al Ain, en la región de Baalbek, hiriendo a un conductor de un convoy humanitario liderado por la Cruz Roja Libanesa.
En respuesta a los bombardeos, el grupo Hizbulá lanzó este lunes una serie de ataques con cohetes contra una base naval israelí al noroeste de Haifa y un cuartel militar cerca de Netanya, en represalia por la muerte de su líder, Hasán Nasrala, asesinado por Israel en Beirut a finales de septiembre. El grupo también afirmó haber frustrado intentos de infiltración y haber combatido a tropas israelíes a lo largo de la frontera sur, donde una invasión terrestre de Israel se ha enfrentado a una fuerte resistencia por parte de Hizbulá.