septiembre 19, 2025

Tener una vida más longeva aumenta el riesgo de desarrollar demencia.

Nuevo estudio alerta sobre alto riesgo de demencia en mayores de 55 años: un desafío para la salud pública

Un reciente estudio ha revelado que el riesgo de desarrollar demencia a lo largo de la vida es mayor de lo que se pensaba: a partir de los 55 años, las personas tienen hasta un 40% de probabilidades de sufrir esta condición si alcanzan una edad avanzada. Según los investigadores, para el año 2060 se espera que cerca de un millón de estadounidenses desarrollen demencia cada año, duplicando las cifras actuales.

El impacto del envejecimiento y cómo reducir el riesgo

La demencia no es una parte inevitable del envejecimiento, pero el simple hecho de vivir más años incrementa la posibilidad de desarrollarla. Aunque la edad es el principal factor de riesgo, los expertos aseguran que hay medidas preventivas clave, como el control de la presión arterial, el manejo de enfermedades cardiovasculares y la adopción de hábitos saludables.

«Lo que haces en la mediana edad realmente importa», afirmó el Dr. Josef Coresh, coautor del estudio publicado en Nature Medicine. Entre las recomendaciones se incluye mantener un estilo de vida activo, controlar el peso y prevenir lesiones cerebrales.

Tipos de demencia y sus riesgos asociados

El Alzheimer, la forma más común de demencia, puede comenzar con cambios cerebrales silenciosos décadas antes de que aparezcan los síntomas. Otras variantes incluyen la demencia vascular, vinculada a problemas de flujo sanguíneo al cerebro. Muchas personas presentan una combinación de ambas causas, lo que puede intensificar los síntomas.

El riesgo de desarrollar demencia varía con la edad:

  • Entre los 55 y los 75 años, solo el 4% de las personas desarrollaron la enfermedad, una etapa considerada clave para proteger la salud cerebral.
  • Para quienes alcanzan los 75 años, el riesgo aumenta al 20% a los 85 años y al 42% entre los 85 y los 95 años.

Diferencias por género y etnia

El estudio también encontró que las mujeres tienen un riesgo de por vida del 48%, en comparación con el 35% de los hombres. La longevidad promedio de las mujeres explica esta disparidad. Asimismo, los estadounidenses negros presentan un riesgo ligeramente mayor (44%) en comparación con los blancos (41%).

¿Qué se puede hacer para reducir el riesgo?

Aunque algunos factores como la genética o la edad son inevitables, los investigadores destacan la importancia de adoptar hábitos preventivos. «Lo que es bueno para tu corazón también lo es para tu cerebro», subrayó el Dr. James Galvin, especialista en Alzheimer.

Entre las medidas recomendadas están:

  • Realizar actividad física regularmente.
  • Controlar condiciones como la presión arterial alta, el colesterol y la diabetes.
  • Mantener una vida social activa y estimular el cerebro con actividades cognitivas.
  • Usar audífonos en caso de pérdida auditiva, para evitar el aislamiento social.

El estudio es un llamado a priorizar el cuidado de la salud cerebral desde etapas tempranas de la vida. «Hay muchas cosas que podemos controlar, y cada una de ellas puede ayudar a construir un cerebro más resiliente a medida que envejecemos», concluyó Galvin.

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