Ciudadanos fueron convocados para la reforma fiscal organizada por la Comisión de la Cámara de Diputados.
En las vistas públicas sobre la reforma fiscal, convocadas por la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, los ciudadanos aprovecharon para expresar su descontento con los beneficios y el desempeño de los legisladores y funcionarios del Estado, poniendo en evidencia críticas contundentes hacia el manejo de los recursos públicos.
María Inmaculada Núñez, una profesora de 57 años, cuestionó duramente los préstamos aprobados en los últimos cuatro años, exigiendo auditorías exhaustivas. “Estamos en tiempo de que se le haga auditoría a todos los préstamos que se han tomado, al gasto corriente del Gobierno, al ‘cofrecito’ y ‘barrilito’ de ustedes, y a todas las exoneraciones otorgadas”, manifestó. La educadora también criticó la frecuencia con la que los legisladores reciben exoneraciones para vehículos de lujo, considerando injustificado que estas se otorguen cada periodo cuando “un carro dura 10 años”.
La intervención de Núñez, en la que advirtió a los diputados que «dejen de provocar al pueblo, porque les va a salir el diablo», fue recibida con aplausos por el público, incluidos algunos legisladores de la oposición.
Otro ciudadano, Juan Miguel Núñez, se dirigió a la comisión con términos fuertes, llamando a los políticos «malhechores, sinvergüenzas, farsantes, irresponsables y apáticos» que usan los fondos públicos como patrimonio personal. Propuso, para mejorar la recaudación, la reducción de la nómina estatal, la eliminación de subsidios “absurdos” a las empresas y de los ministerios de Juventud y Mujer, así como el fin del «barrilito» y «cofrecito».
José Miguel Mañón criticó la práctica de vender exoneraciones para importar vehículos de lujo, afirmando que deberían pagar más impuestos de lo que establece el proyecto de reforma. Por su parte, Francisco Peña acusó a los diputados de violar la Constitución al impulsar la reforma, y solicitó la exención de impuestos para las viviendas.
Omayra Álvarez, presidenta de Juventud con una Misión, pidió reducir los salarios de los funcionarios mejor remunerados y eliminar «las botellas» en la administración pública, subrayando que el Congreso tiene el poder de rechazar la reforma. Héctor Sánchez, del partido Patria para Todos, propuso un enfoque progresivo en el pago de impuestos, para que aquellos con mayores ingresos contribuyan más.
Los ciudadanos, en sus intervenciones, recurrieron a anécdotas, citas de filósofos y figuras históricas como Juan Pablo Duarte, y hasta referencias bíblicas para rechazar la propuesta de reforma fiscal que el Poder Ejecutivo ha presentado en la Cámara de Diputados.
Sin embargo, no todos se opusieron. Danilo Rodríguez, profesor universitario, defendió la necesidad de pagar impuestos, preguntándose “¿Cuál es el miedo a pagar impuestos?” y sugirió la creación de oficinas de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) en los municipios y horarios extendidos para facilitar el cumplimiento de las obligaciones tributarias.
Durante la jornada, más de 150 personas, entre ciudadanos y representantes del sector empresarial, expusieron sus argumentos en turnos de tres a cinco minutos, manifestando sus preocupaciones sobre el impacto de la reforma fiscal en sus respectivos sectores.