Largas filas para captura de datos biométricos de el iris.

La reciente apertura de centros de captura de datos biométricos del iris, vinculados al proyecto Worldcoin en Santo Domingo, ha generado preocupación y debate. A cambio de un escaneo ocular, los interesados reciben 56 criptomonedas, equivalentes a entre RD$6,000 y RD$7,000. Esta actividad ha suscitado inquietudes sobre la protección de datos personales, especialmente en el contexto de la Ley 172-13 de Protección de Datos Personales de la República Dominicana, que consagra el derecho de las personas a conocer el destino y uso de sus datos en cualquier registro oficial o privado.

El escaneo del iris es una herramienta de autenticación única, considerada altamente segura por su irrepetibilidad. Sin embargo, la posibilidad de que estos datos sean compartidos o transferidos a terceros enciende las alarmas sobre la privacidad y seguridad de los usuarios, y genera cuestionamientos sobre el potencial uso de esta información para fines aún no esclarecidos. La propia Worldcoin advirtió en un comunicado del 3 de mayo de 2024 que un incidente no autorizado podría interrumpir o terminar la operatividad de su proyecto, una advertencia que suma a las preocupaciones.

En un recorrido realizado por el Listín Diario, se observó una notable afluencia de personas en un centro comercial de la capital, con filas de espera para el escaneo ocular, mientras la plataforma registra ya a 7,652 usuarios en el país. Los usuarios, convocados mediante una aplicación que genera un código QR, describen el proceso como “rápido”, aunque la mayoría admite desconocer el destino final de sus datos personales y no comprende cabalmente la utilidad del proyecto.

En cuanto a la seguridad del proceso, se verifican cédulas de identidad para garantizar que no participen menores de edad, mientras los usuarios deciden si compartir o no un número telefónico. Según la plataforma de Worldcoin, el objetivo del escaneo es verificar la “humanidad” del usuario en actividades en línea, un método cada vez más empleado en plataformas digitales, pero que sigue levantando suspicacias en cuanto a la confidencialidad y gestión de los datos recolectados.